3 de octubre de 2006

Una vez más...

Una vez más Israel obedece, aún a riesgo de su seguridad. Ayer culminó el retiro de las tropas que quedaban acantonadas en el sur del Líbano, un mes despues de que se diera oficialmente fin al conflicto a traves de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, organismo donde, a diferencia de la Asamblea General constituida por naciones árabes y musulmanas en casi un 40%, Israel no es siempre "el malo de la película".

Tambien una vez más se cae en el reduccionismo de colocar en la misma balanza las acciones con las que el estado de Israel defiende su integridad y existencia como estado y los ataques premeditados y expresamente dirigidos a grupos civiles por parte de movimientos eufemísticamente calificados de "insurgentes" como el Hamas y el Hizbollah. Así lo señaló una misión del Consejo de Derechos Humanos, luego de una visita relámpago por el norte del Líbano.

"La misión concluye que Israel ha cometido serias violaciones contra los Derechos Humanos y el Derecho Humanitario Internacional(...) y en algunos casos Hizbollah violó los principios aplicables de leyes humanitarias..."aseveraron los expertos.

Aún más categórica fue la afirmación del relator del Consejo de los Derechos Humanos, Jean Ziegler, para quien "Israel debe afrontar un proceso por crímenes de guerra cometidos durante su ofensiva en el Líbano."

"De acuerdo a la jurisprudencia internacional, el gobierno de Israel debe ser responsable ante el derecho internacional por cualquier violación a los derechos alimentarios de la población civil libanesa". ()

Aparentemente, este sociólogo, que se "rasga las vestiduras" por el hambre de los civiles libaneses", olvida el hambre, frío y terror que pasaron y deben estar pasando Ehud y Eldad, los soldados aún secuestrados por Hizbollah. Tambien olvida que las tan ensalzadas Convenciones de Ginebra deben ser respetadas por AMBAS partes en un conflicto DE IGUAL MANERA, por lo que Hizbollah tambien debería ser condenado por el ataque premeditado con misiles Katyusha a casas y pueblos del norte de Israel, quitando el derecho a la vivienda de los residentes en la región (por cierto, tanto árabes como israelíes).

Pero desafortunadamente el Hizbollah tiene un punto a su favor, una "carta blanca": no es parte firmante de los tales convenios, por no tratarse de un estado, sino un "movimiento" de los que usualmente tienen un puesto "con voz pero sin voto" ante la Asamblea General o el mismo Consejo de Seguridad. Así pues, no están sometidos a las leyes humanitarias, por lo que pueden actuar con la más absoluta impunidad, ser de todas maneras escuchados por la comunidad internacional, e incluso permitirse ciertas licencias como exhibir un arma de fuego al cinto durante sus alocuciones, tal como hizo Yasser Arafat cuando dirigía la OLP y habló ante la Asamblea General.
No es la primera vez que tal cosa ocurre. Esa "doble moral" al momento de juzgar a Israel y compararlo con otras naciones y al juzgar sus acciones defensivas (una de las característica del nuevo antisemitismo según el ex ministro Nathan Sharansky) se observa en la mayoría de las instancias internacionales ante las cuales ha sido llevado el caso de Oriente Medio. Por ejemplo, en los últimos cuarenta años (desde poco después de la creación del Estado de Israel, un 25% de las resoluciones respecto a la violación de Derechos Humanos en medio Oriente condena a Israel, pero pocas de ellas son igual de enfáticos al condenar la actuación de grupos terroristas como la OLP hasta los años 80 y más recientemente el Hamás y Hizbollah.
Incluso en el propio Consejo de Seguridad, donde como mencioné anteriormente Israel no es el malo de la película, de las 175 resoluciones emitidas en 1997, 79 referentes a la situación en Oriente Medio condenan a Israel.
Y aún así, Israel obedece, una vez más...

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