11 de diciembre de 2007

¿Es Israel un estado judío?*

Por Jeff Jacovy
*Fuente: CAIV


Con vistas en la conferencia diplomática en Annápolis, el Primer Ministro de Israel Ehud Olmert anunciaba el otro día que espera que la Autoridad Palestina reconozca por fin la existencia de Israel como estado judío. Un visitante recién llegado de Marte se preguntaría el motivo de que esto sea siquiera un problema, después de todo, Israel es un estado judío. Si los más de 55 países que componen la Organización de la Conferencia Islámica tienen derecho al reconocimiento como estados musulmanes, y si los 22 miembros de la Liga Árabe son universalmente aceptados como estados árabes, ¿por qué debería cualquiera abstenerse de reconocer a Israel como el único estado judío del mundo?

Pero aún así, la demanda de Olmert era rechazada. Saeb Erekat, el veterano negociador de la Autoridad Palestina, decía que los palestinos rechazarán reconocer la identidad judía de Israel por el motivo de que "no es aceptable que un país vincule su carácter nacional a una religión específica". Según el Jerusalem Post, informaba Radio Palestina: “No existe ningún país en el mundo en el que las identidades nacional y religiosa estén entrelazadas".

En realidad existen muchos países en los que identidad nacional y religión están vinculadas El Derecho argentino promulga el apoyo gubernamental a la fe Católica Romana. La Reina Isabel II es el ministro supremo de la Iglesia de Inglaterra. En el reino himalayo de Bhután, la constitución proclama el budismo "la herencia espiritual" de la nación. Las familias reales danesas y Noruega tienen que ser miembros, respectivamente, de la Iglesia de Dinamarca y la Iglesia de Noruega. "La religión imperante en Grecia", proclama la Sección II de la Constitución de Grecia, "es la de la Iglesia Ortodoxa Oriental de Cristo".En ninguna otra región del planeta los países vinculan su carácter nacional a una religión concreta de manera tan rutinaria como en el Oriente Medio musulmán La bandera de Arabia Saudí muestra la shahada, la declaración islámica de fe, en escritura blanca árabe sobre fondo verde; en la bandera iraní, la fórmula islámica “Alahu Ajbar” (“Alá es grande") aparece 22 veces. Y después está la propia Autoridad Palestina de Erekat , cuya Ley Básica dicta en el Articulo 4 que "El islam es la religión oficial de Palestina" y que "los principios de la sharia islámica serán la principal fuente de legislación”.


Claramente, pues, Erekat y la Autoridad Palestina no rechazan aceptar la legitimidad de Israel como estado judío a causa de alguna oposición de principios a relacionar identidad nacional y religiosa. Quizá, podría aventurar nuestro marciano visitante, su objeción sea simplemente práctica: ¿se están reservando los palestinos el reconocimiento oficial a Israel con el fin de obtener algún reconocimiento correspondiente para sí mismos?

Pero esa explicación tampoco se tiene en pie. Olmert ha aprobado repetidamente la creación de un estado soberano de Palestina. "Apoyamos el establecimiento de un estado palestino democrático y moderno", dice. "La existencia de dos naciones, una judía y una palestina, es la solución final a las aspiraciones nacionales y los problemas de cada uno de los pueblos". La semana anterior llegaba a sugerir que se podría lograr un plan de paz y nacionalidad palestino "antes incluso del final del mandato del Presidente Bush en el cargo".

Así que ¿por qué los líderes de la Autoridad Palestina se resisten a reconocer lo obvio, que Israel es un estado judío? La conexión judía con Palestina no solamente es un tema con datos históricos abundantes, sino de Derecho internacional. Cuando la Liga de Naciones confíaba a Gran Bretaña Mandato de Palestina en 1922, reconocía expresamente "la conexión histórica del pueblo judío con Palestina" y la legalidad de "reconstruir su patria nacional en ese país". Hasta ese momento, Gran Bretaña había transferido ya el 80% de la Palestina histórica a gobierno árabe, el reino musulmán de Jordania hoy en día. Todo lo que quedaba para un estado judío era el 20% residual (y hasta eso fue más tarde repartido). Pero entonces, al menos, estaba claro que la comunidad judía se encontraba "en Palestina por derecho y no por consentimiento tácito a causa de alguna miseria", subrayaba en aquel entonces Winston Churchill.

85 años más tarde, esa pequeña franja de Oriente Medio es el hogar de la práctica mitad de los judíos del mundo. Si eso no es un estado judío, ¿qué es un estado judío?

Aún así todo esto es irrelevante. El rechazo de la Autoridad Palestina, y a esos efectos de la mayor parte del mundo árabe, a reconocer a Israel como estado judío legítimo no es una negación de la realidad; es señal de su determinación a deshacer esa realidad. Al igual que los líderes árabes de un siglo hasta hoy, ellos no pretenden vivir en paz con un estado judío, sino en lugar del estado judío. Olmert podrá presentarse en Annapolis sirviendo la soberanía a los palestinos en bandeja de plata, con la mitad de Jerusalén servida como guarnición. No saldrá con la paz. Por el contrario: solamente va a intensificar la determinación árabe a reemplazar al único estado judío del mundo con el estado árabe número 23.

La llave de la paz árabe israelí no es el estado palestino, es obligar al mundo árabe a abandonar su sueño de liquidar a Israel. Como asunto de autoestima nacional, Olmert debería reiterar su exigencia de que los palestinos reconozcan la identidad judía de Israel y hacerla innegociable. Si Israel no puede insistir ni siquiera en un asunto de autoestima tan fundamental, es que ha perdido ya hasta la camisa.

18 de septiembre de 2007

Vive la (nouvelle) France!

La decidida actitud de Sarkozy en contra de las ambiciones nucleares de Irán son una muestra del necesario (aunque complejo) viraje que, desde la gauche divine pacifista, antiimperialista y "multicultural", ha dado Francia desde la llegada de un primer ministro mucho más categórico que el "guabinoso" de Chirac.

Sin medias tintas, sin medios discursos, sin hipocresías, Sarkozy ha puesto a Irán en tres y dos, al anunciar una política mucho más dura, materializada en la imposición de sanciones económicas contra la nación persa y solicitando la moderación en el discurso y actuar de su mandatario, Ahmadinejad.

La posición de Sarkozy fue respaldada por su ministro de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, quien incluso mencionó la posibilidad de una "guerra con Irán".

Si bien es cierto que el conflicto armado nunca ha sido la mejor de las soluciones, la posición de Francia parece ir más allá del mero discurso bélico para convertirse en una advertencia a un Ahmadinejad que no desiste de sus experimentos de enriquecimiento de uranio ni de su intento de convertirse en un factor desestabilizador en Oriente Medio.

Por ello, resulta natural que Israel vea con buenos ojos la posición asumida por Francia. Por primera vez, quizás desde la Guerra de Yom Kippur, el gobierno francés abandona la postura proárabe, que ahora parece ser rescatada por una Rusia de Putin, extrañamente antioccidental y que ha adoptado los ambages retóricos empleados por la Francia de Chirac.

Pero no es para menos. Occidente no debe olvidar que Francia aún está en deuda por hechos profundamente reprochables que cometió, al menos, desde finales de la década de los setenta, cuando empezó a proveer a Saddam Hussein de elementos para la construcción de facilidades nucleares. hasta, incluso, principios del siglo XXI, al amenazar con un mojigato veto ante el Consejo de Seguridad una invasión a Irak que pudo haber contado con la aprobación internacional.

23 de julio de 2007

El verdadero multiculturalismo

Al Naqba: la tragedia. Es así como denominan los árabes palestinos a la fundación del estado de Israel en 1948. Y es así como se le denominará en el primer libro de texto publicado con la versión palestina del conflicto en Medio Oriente ¿Con la aprobación de quién? Pues del Ministerio de Educación israelí.

Sí. El planteamiento no lo hicieron Fatah o Hamás (A los que en realidad parece importarles muy poco la educación de sus conciudadanos, pues están muy ocupados inmolándose en autobuses, discotecas, etc.), sino un gobierno consciente de la importancia de los árabes como minoría dentro del Estado de Israel al que, por ende, hay que respetarle sus derechos culturales, sociales, etc.


En palabras de la ministra de Educación israelí, Yuli Tamir, es importante un equilibrio al reflejar el punto de vista de de árabes e israelíes, respecto a la historia común.


Según Karen O' Brien, de la BBC, se trata de una iniciativa que no tiene precedentes pues el libro, además, reconoce la expulsión de palestinos de sus tierras en 1948.


Más allá de las polémicas que la aparición del texto pueda generar entre la derecha ortodoxa y los partidos árabes del Parlamento (que representan un importante grupo en la Knesset), esta acción por parte del ministerio de Educación israelí da cuenta, una vez más, del carácter democrático y social del Estado de Israel y derriba, una vez más, las acusaciones elaboradas por la progresía mundial respecto al trato de Israel hacia los ciudadanos árabes de su nación.


Pues ¿Cuál es la posibilidad de que el ministerio de Educación egipcio, con todo y las buenas relaciones que en la actualidad mantiene con Israel, publique un libro en el que reconozca la culpabilidad de Egipto en la campaña del Sinaí, la Guerra de los Seis Días y la Guerra de Yom Kippur? ¿Admitiría el futuro estado palestino los errores cometidos por los líderes árabes y de la OLP como el bienamado Yasser Arafat, en el logro de esa nación?


No lo creo... Son esas las cosas que pasan en Israel, única democracia en Oriente Medio y verdadera muestra de multiculturalismo para el mundo.

27 de junio de 2007

La buena voluntad israelí

Una vez más, el conspirativo discurso de la "intelligentsia" mundial, multicultural, antiestadounidense, antiglobalizadora y antisemita, se cae ante la fuerza de los hechos y demuestra que Israel no es, como insisten febrilmente, una nación "colonialista", "expansionista", "terrorista" y resto de "istas" que suelen atribuírsele a la nación israelí, en un intento por deslegitimarlo y justificar así los intentos de su destrucción pretendidos por el ecuanime mandatario iraní Mahmoud Ahmadinejad.

"Como gesto de buena voluntad hacia los palestinos, presentaré ante el gabinete israelí la propuesta para liberar a 250 prisioneros de Fatah que no tienen sangre en sus manos, luego que firmen un compromiso de no volver a la violencia". Esta fue una de las propuestas presentadas por el primer ministro israelí Ehud Olmert durante la instalación de la cumbre de Sharm el-Sheik en Egipto, que demostró la predisposición del gobierno israelí a negociar, sí y solo sí existe una contraparte que crea en el diálogo como forma para la resolución del conflicto.

Y esta contraparte se encuentra, precisamente, en Fatah y su líder Mahmoud Abbas (Abu Mazen). Más allá de su inicial vinculación con el terrorista Arafat, por la que podría tenerse ciertas reticencias acerca de su honestidad en la búsqueda de la paz, el distanciamiento de Abu Mazen (como también se le conoce al líder palestino) del fanatismo de Hamás y la escisión entre ambas facciones (en la que Israel no tuvo nada que ver) es un paso para también demostrar el distanciamiento de la violencia y el terrorismo. Y ese paso debe ser loado y recompensado, también en pro de la paz y de, como lo señaló el propio Olmert, "vivir juntos con su estado (el palestino) al lado del Estado de Israel".

"No estamos interesados en castigar a la población solo porque ellos estan dirigidos por una organización terrorista. No cooperaremos con esas fuerzas", aseguró Olmert."Somos concientes de vuestro sufrimiento. No ignoramos su necesidad de terminar con ello, a través del entendimiento y de hacer la paz", dijo el premier, al también anunciar que no cesarán de ayudar a la población palestina civil recluida en Gaza, zona actualmente bajo el dominio terrorista de Hamás.

Una ayuda que, sin duda, será mucho más agradecida por los palestinos que esa intifada permanente emprendida por el integrismo islámico en Oriente Medio.

22 de mayo de 2007

Ni ellos mismos se ponen de acuerdo (y III): Dejá vú

Campos de refugiados. Terroristas palestinos. Tanques y soldados árabes matando a sus "hermanos" árabes. Y todo sin que Israel mueva un dedo. Todo motivado a la intolerancia esencial del Islam y a su cultura del martirio, la violencia y la muerte.

Un episodio que se vive por segunda vez en la región en menos de medio siglo. Fuerzas armadas de naciones árabes con intereses moderados buscando reducir el fundamentalismo presente en los campos de refugiados palestinos, así sea a través de la violencia.

La primera vez fue en Jordania. Ahora en el Líbano. La primera vez, contra la OLP. Ahora, contra una fuerza integrista poco conocida en los medios: Fatah Al-Islam, pero con los mismos intereses de su antecesora (que son los mismos del radicalismo mayoritario en la región de 1949 hasta el presente): afianzar el panarabismo a través de una sola gran nación árabe de mar a mar, en la cual un Israel secular y democrático.


En ambos casos, la matanza se perpetra a instancias de los gobierno de cada país, a los que esos movimientos fundamentalistas ponen en jaque. En 1972 la OLP ejecuta continuas acciones destinadas a derrocar al rey Hussein y controlar el país, tal como hacen desde el año pasado las fuerzas fundamentalistas en el Líbano que hicieron peligrar el gobierno del moderado Faad Siniora e intentaron tomar el Parlamento libanés a través de alianzasy que ahora han optado por las armas y la guerra civil.





Y, lo más paradójico, en ambos casos la cobertura mediática es escasa. ¿Por qué? Porque no conviene a la progresía mundial mostrar que la culpa NO es de Israel, que el intolerante NO es Israel y que los verdaderos antipalestinos NO son los de Israel, sino los mismos árabes que no constituyeron la nación palestina cuando los territorios ocupados estaban en su poder (1949-1967) y que perpetraron la mayor muerte de árabes palestinos de toda la historia: el Septiembre Negro de 1970, que parece querer repetirse, a costa, nuevamente, de los mismos árabes y sin que Israel movilice ni un soldado.

13 de mayo de 2007

A propósito del día de las madres...

Escalofriante, pero llama a la reflexión. Ayuda a tomar real conciencia sobre los enemigos de Israel. Porque, aunque nos duela, de momento no podemos sino llamarlos así: enemigos, inspirados por un odio inexplicable, atávico y casi milenario, en medio de una cultura de la intolerancia.

Para muestra un botón: los criminales de Hamas TV se enorgullece en trasmitir el siguiente video, en el que una niña canta a su madre, una activista palestina recientemente inmolada contra quién sabe qué autobús o qué discoteca, y espera seguir sus pasos:



TRADUCCIÓN (De los subtítulos en inglés)

Mamá ¿Que cargas en tus brazos en vez de mi?
¿Un juguete, un regalo para mi?
¿Mama Reem porque te pusiste el velo? ¿Vas a salir, mami?
Vuelve rápido, mami. YO no puedo dormir sin ti
Hasta que nos cuentes a mi y a Ubaydah una historia para dormir. !
!Mi mamá! !Mi mamá!
Yo y Ubaydah estmaos despiertos y esperando por ti para que nos acuestes.
Él y yo, oh mami!, aún necesitamos de ti para secar nuestras lagrimas.
En mi lugar cargaste una bomba en tus brazos.
Ahora sé qué era más precioso que nosotros
Que tus pasos sean sagrados y que puedas regocijarte por Jerusalén.
Yo y Ubaydah quisiéramos estar ahí contigo.
Mándale mis saludos al Mensajero (Mahoma) y dile: "Duha te ama"
Mi amor no serán simplemente palabras:
Yo seguire los pasos de mami!
Yo seguire los pasos de mami!
yo seguire los pasos de mami!
(Las negrillas son intencionales)

Aparte del mensaje que da la niña (convencida de que la inmolación es más importante que cualquier otra cosa) ¿Cuánto odio no es capaz de sembrar este video en los palestinos televidentes de Hamas TV?

Por ello es necesaria la reflexión: ¿Cómo suprimir el odio de una población entera, cuando sus propios dirigentes son quienes lo fomentan?

5 de enero de 2007

¿Quién condena la ejecución?

Como era de esperarse, la ejecución del criminal Hussein ha despertado toda clase de críticas, provenientes de los mismos sectores antiestadounidenses, antioccidentales, panarábicos, relativistas y multiculturalistas de los que hemos hablado en más de una ocasión. Y aparentemente las críticas se han exacerbado tras la aparición en Internet de aquel video no oficial en el que se muestra a algunas personas insultando a Hussein momentos antes de que fuera ejecutado,


Algunas figuras políticas de Europa y Medio Oriente también han maximizado la gravedad de este video para recalcar la idea de que Hussein será convertido en mártir, que no debió ser ejecutado, etc., etc. Sin embargo, es importante no sacar de contexto las declaraciones de tales personajes y cuál es su naturaleza, a fin de entender por qué dicen lo que dicen. He aquí algunos de ellos:


Hosni Mubarak: Ha sido dictador en Egipto desde 1981 cuando, de manera oportunista, tomó la presidencia tras la muerte de Anwar Sadat. Ha tratado de disfrazar de aparente buena voluntad su participación activa en la Guerra de los Seis Días y en la Guerra de Yom Kippur, haciéndose pasar ahora por mediador, fracasado por demás, en las negociaciones entre israelíes y árabes palestinos. pero el esplendor de la política exterior lo opacan los escándalos de corrupción de su familia en los noventa y la dictadura disfrazada de un "Partido Democrático Nacional de Egipto" que, casualmente, ha ganado las elecciones en tres ocasiones.



Muamar Qadaffi: Poco hay que decir de este tirano, responsable, entre muchos otros crímenes, del derribamiento del vuelo 103 de Pan Am en Lockerbie, Escocia, en diciembre de 1988, además de, presuntamente, haber financiadoel movimiento palestino Septiembre Negro, que perpetró la masacre de los atletas israelíes en las olimpíadas de Munich '72. Este respetable individuo sera quien erija en su país, quizás sin el consentimiento de sus gobernados (que a él poco le importa) una estatua en honor a su colega y padre criminal, además de decretar, también dictatorialmente, tres días de luto nacional.


Jacques Chirac: el divine gauche presidente francés es el único verdadero responsable de la crisis generada en Irak. Es necesario recordar que por un ataque de soberbia (¿O de temor por salir salpicado?) dio la orden de votar en contra de la resolución que legalizaba la invasión a Irak, un procedimiento tan tradicional como lo ocurrido en Kuwait en 1990, y fue a raíz de esta negativa francesa que Estados Unidos, Reino Unido y demás naciones de la OTAN y de la Unión Europea decidieron invadir sin el consentimiento de la ONU que era, en realidad, sin el consentimiento de la romántica Francia.