12 de diciembre de 2006

Lo insólito de la conferencia negacionista


Una vez más se percibe de esa defensa a ultranza de los "relativismos" y las "diferencias culturales", conceptos alejados de la praxis moral, al dejar de establecer cánones de bueno y malo para dar paso a lo "diferente"."

Esta vez, lo diferente, y reprobable, es la congregación de "pensadores" (que parecen no pensar mucho) europeos, e incluso, judíos, que acudieron a la conferencia en Irán sobre el cuestionamiento del Holocausto.

Lo reprobable no es que Ahmadinejad insista en negar un hecho que ha sido no sólo comprobado históricamente sino condenado repetidas veces por la comunidad internacional y empleado como ejemplo de lo que nunca más debe ocurrir. Lo reprobable no es, ni siquiera, que Irán haya hecho una convocatoria a toda clase de "librepensadores" para que "expresaran su opinión sobre el Holocausto", como señaló en el discurso inaugural el ministro iraní de Relaciones Exteriores.

Y no es reprobable, ni siquiera extraño, porque es evidente que Ahmadinejad y todos los que lo rodean son canallas de la peor especie, radicales, retrógrados y conflictivos por propia naturaleza (determinada, en gran parte, por la religión que fervientemente profesan, el Islam, como ya he sostenido en varias ocasiones).

Lo reprobable, sorprendente e incluso absurdo de todo esto es que esa criminal iniciativa —afortunadamente reprobada desde sus inicios por una comunidad internacional no muy filosemita que se diga— encuentre donde hacerse eco no sólo en un Medio Oriente intolerante, que no concibe la existencia de una democracia en la región como la israelí, sino en el resto de Occidente. Lo sorprendente es que encuentre eco en Europa, que apenas se recupera de las heridas causadas durante la II Guerra Mundial a manos de los criminales nazis, cuyo ascenso al poder cargará por siempre sobre sus hombros. Lo sorprendente es que encuentre eco en los Estados Unidos, que desde la Guerra de Secesión ha luchado por la no discriminación, a través de personas como el ex líder del Ku Klux Klan David Duke.

Lo sorprendente, y triste, es que encuentre eco entre un grupo de ¿rabinos ortodoxos?, como Ahron Cohen, quienes rechazando el sionismo, relativizando el Holocausto y comparándolo con la situación en los territorios palestinos, contrarían los propios valores y creencias de la fe que ellos mismos dicen representar y del pueblo del que dicen provenir.


Ahron Cohen ¿Rabino o apóstata?

Como sostuvo Thomas Krüger en Berlín: "Negar o dudar sobre el Holocausto no puede quedar sin comentarios. Debemos hacer lo que podamos para combatir esto antes de que empiece a entrar en nuestra sociedad". Y mientras se continúe con esta tendencia a la relativización y ridiculización de las barbaries de la historia, éstas continuarán entrando en la sociedad.

1 comentario:

algarcia dijo...

Chamo el pana del medio, al lado de Cohen se parece burda a Savater!