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4 de diciembre de 2006

Eso es todo, amigos...

Blogs de Venezuela: Elecciones 3D

Después de un largo día de votaciones, colas, incertidumbre y sobre todo rumores, rumores y más rumores, una nueva jornada electoral llega a su fin, con el amargo sabor de la derrota.


Muchas cosas pasaron en el interin, pero en realidad poco importa. Puedo hablar acerca del 40% de abstención que se registró, particularmente, entre la clase media del estado Miranda. Pero, como pueden imaginarse, no estoy de ánimos para describir esta sensación de impotencia. El caso es que, una vez más, Chávez ganó. Y lo más triste del caso es que ganó por votos, como tuvo que admitir Rosales. Por una razón misteriosa para muchos de nosotros, continúa cautivando "al pueblo".


Lo único que queda es seguir, intentar ganar más espacios políticos que nos permitan de aquí a tres años convocar otro referendum para ver si esta vez (con o sin la trampa que pueda montar el CNE, la ONIDEX, etc.) logramos sacarlo o si, por el contrario, nos toca calárnoslo hasta el 2021, apelando a aquella consigna de que "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece".


Doy por finalizado el modesto intento que hice por cubrir el proceso electoral desde una perspectiva ciudadana y muy personal. Pido disculpas por haberme apartado en un par de ocasiones de mi condición de observdor e informador, al dejar colar juicios de valor, contrarios a mi condición de periodista en ciernes,y retomo el tema que dio origen a este blog: la situación en el Oriente Medio. Actualmente adelanto un postacerca de la entrevista que dio Kofi Annan respecto a Irak y otro sobre la tensión política que se desarrolla en el Líbano, que invito a leer pronto.

3 de diciembre de 2006

A la espera... Entre Tombstone y Ortiz

Blogs de Venezuela: Elecciones 3D

Como Ortiz, el desolado y aburrido pueblo de la novela epónima de Miguel Otero Silva, se veía el hasta ayer populoso bulevar de Sabana Grande: apenas tres o cuatro negocios abiertos a lo largo de cuadras y cuadras. La habitual tranquilidad dominguera de las calles no era la misma. El cielo encapotado le daba un aspecto aún más triste a la ciudad. Los pocos transeuntes caminaban con paso presuroso e inquieto.


Al cruzar la Libertador, un primer escuadron de cuatro motos cuyos pilotos visten de negro nos ceden el paso en la camioneta.


Tres cuadras más adelante, vuelvo a escuchar un renqueo, luego otro, y un tercero, y un cuarto. Poco a poco se aproxima el sonido de motocicletas aceleradas a la distancia. A lo lejos un hombre vstido de rojo cuelga de la puerta de un camión con altas cornetas, seguidos por nueve motorizados gritando la conocida consigna "Chávez los tiene locos", paseando impunes por las calles, manifestándose seguros de la victoria y a pesar de la prohibición de hacer proselitismo y concentraciones partidistas mientras los centros de votación aún funcionen.


Como en el conocido duelo de O.K Corral, inmortalizado en la película de Kurt Russell y Val Kilmer, esos hombres de tez oscura, rasgos marcados y ataviados de rojo son el grupo de los Clanton, desobedientes a la ley (o peor aún, con la ley de su lado). Y si un Wyatt Earp que los combata y los saque del Tombstone caraqueño.

El Día-(3)D en La Salle La Colina y otras anécdotas

Blogs de Venezuela: Elecciones 3D

Hace poco menos de dos horas regresé de votar.

Por suerte, mi centro de votación (La Salle La Colina) tuvo poca afluencia de gente.
A eso de las diez de la mañana salí rumbo a Plaza Venezuela. Chocolate, galletas, Mentos, una gorra, el anchilargo periódico de hoy, Mp3 con muuchas canciones y Gatorade fueron algunos de los implementos que me acompañaron en lo que pensé sería una larga espera.


EN el trayecto en Metrobús desde Plaza Venezuela hasta la Plaza del BUen Ciudadano en la Colina, pasé por delante del colegio Cervantes y del colegio La Consolación, y en ambos se observaban largas colas que daban la vuelta a las esquinas donde se ubicaban. Incluso, según me contó mi hermana, hubo un momento en que la cola del Cervantes (ubicado en la parte de abajo de las Palmas) se extendía hasta una plaza cuatro o cinco cuadras más arriba.


Sin embargo, a diferencia de la hectométrica cola que tuve que hacer el 15 de diciembre de 2004 desde las afueras del colegio, esta vez sólo había tres o cuatro personas delante de mí tanto en la máquina captahuellas como en la propia mesa de votación. EL proceso transcurrió con normalidad: no tuve problemas en la máquina captahuellas ni en la mesa; por la poca afluencia de gente tampoco pude determinar cuánta gente había de un lado o del otro, pues nadie hizo alguna clase de alusión a sus intenciones electorales; y tanto los miembros de mesa como los militares del Plan República me dieron un buen trato.


En conclusión, creo que tardé más en esperar el Metrobús en Plaza Venezuela que todo el tiempo que tardé en votar y regresar a pie a mi casa.


Sin tanta suerte

Sin embargo, la tranquilidad y normalidad que presencié en mi centro y en la zona circundante, no fue igual en todas partes. Mi pana Jorge. hace un muy buen reporte de lo que le ocurrió con los partidarios chavistas en su centro de votación. Otra amiga mía, que vota en el Cementerio, me envió varios mensajes de texto asegurando: "Aquí gana Chávez. Mucha gente de rojo con boinas, chaquetas, las manitos...Motorizados monitoreando. Me parecen armados por las chaquetas negras que usan. Gente borracha gritando consignas" Por lo visto, ellos son inmunes a la "Ley Seca".


Trataré de seguir contando lo que sucede por acá por la Florida y lo que me envían de otras partes de la ciudad. Hasta pronto...

2 de diciembre de 2006

Remembranzas ante el 3D

Blogs de Venezuela: Elecciones 3D

La tarde de ese último día de clases de noviembre los pasillos de la UCAB estaban vacíos, al igual que los salones y la mayoría de las Escuelas. Pocos alumnos habían asistido a clases y el estacionamiento, los jardines, la biblioteca e incluso los cafetines estaban prácticamente vacíos.


Me despedí de compañeros y profesores con la incertidumbre de no saber cuándo volveríamos a la universidad. La mayoría pensábamos que todo iba a resolverse en tres o, a lo sumo, cuatro días. Otros por el contrario, sostenían que podían pasar varios meses para que la situación se regularizara.


Este mismo episodio me ha ocurrido ya en dos oportunidades. La primera fue el 29 de noviembre de 2002, cuando iniciaba el primer semestre en la UCAB, luego de la convocatoria a un paro "cívico-militar", por parte de líderes sindicales y empresariales, en apoyo a los trabajadores petroleros expulsados de PDVSA por órdenes gubernamentales. Ante tal situación, la universidad había decidido suspender las clases en espera de que la situación culminara en poco tiempo.

La segunda fue ayer, cuando fui a mi clase de los viernes de 7 a 9 de la mañana y observé que los pasillos, jardines y cafetines estaban igual de vacíos que aquella vez; pocas personas deambulaban por la universidad y el estacionamiento tenía una inusual proliferación de puestos (Sólo cuatro carros estaban parqueados en el estacionamiento de profesores). Y de igual forma que aquel 29 de noviembre, no nos despedimos "hasta el lunes", simplemente nos despedimos, por no saber qué ocurrirá entre hoy y la semana que viene.

Esta agridulce sensación de dejá vú me ha acompañado a lo largo de las últimas semanas, al darme cuenta de que de la repetición de comportamientos, acciones y pensamientos de otros momentos de los últimos años, como el caceroleo frenético que siguió a los fuegos artificiales del fin de campaña de Manuel Rosales, o la consigna "Ni un paso atrás" gritada a todo pulmón o imitada onomatopéyicamente por cacerolas, pitos y cornetas: TUU-TUTU-TUU, PLAN-PLAPLA-PLAN.

Algunas situaciones las hemos repetido para bien. EL activismo que nos acompañó antes del 11 de abril y que perdimos a principios de 2003 cuando se nos negó inicialmente el referendo consultivo. Lo hemos recuperado con iniciativas como "Plan V" para la defensa del voto, organizada por estudiantes universitarios. La oposición también recuperó parcialmente el poder de convocatoria, como se demostró en las avalanchas y caminatas de Manuel Rosales.

Desafortunadamente, otros recuerdos de eventos similares nos preocupan y angustian. El robo de los votos en el referendo revocatorio y las trágicas oleadas de violencia el 6 de diciembre de 2002 en Plaza Altamira y las de marzo de 2003 y agosto de 2004 en varias zonas del país, aparte de la conocida pero aún enigmática masacre de abril de 2002, nos hacen preguntarnos, con incertidumbre (una vez más): ¿Qué pasará mañana? ¿Y los días después de mañana?

30 de noviembre de 2006

Chávez, Medio Oriente y el 3D



Una vez más me tomo la potestad de salirme aparentemente de la temática de este blog, que es el conflicto en Medio Oriente, esta vez para dedicar algunos posts al proceso electoral sui generis que vivirá Venezuela el 3 de diciembre, pero cuyo clima se percibe desde hace varios meses.


Y digo aparentemente porque en realidad existe una conexión entre ambos temas, aparte de la membresía de Venezuela en la OPEP y de su carácter de nación en vías de desarrollo con grandes riquezas derivadas del rentismo petrolero, al igual que la mayoría del resto de las naciones árabes.


Más allá de tales circunstancias económicas comunes y de la dependencia a un mercado petrolero que obedece a alzas y bajas de índole política, el viraje diplomático del gobierno chavista en los últimos años ha hecho que para la política exterior venezolana Oriente Medio se vuelva un asunto aún de mayor importancia.


Hasta los inicios del gobierno de Chávez en 1998, la postura de Venezuela ante los sucesos en Oriente Medio, particularmente respecto al conflicto palestino-israelí, podría definirse como neutral: Venezuela se caracterizó por no tomar ferviente partido por un bando o por otro, sino más bien mantenerse al margen. Y fue esta actuación diplomática la que le permitió mantener relaciones de amistad, cooperación, etc., con ambas partes: el Estado de Israel, por un lado, y el inmenso conjunto de naciones árabes (mayoritariamente musulmanas), por otro.


Pero a raíz del actual gobierno Venezuela empezó a vincularse más y más con la región. Bien conocida es, por ejemplo, la amistad que une a Chávez con el dictador libio Muamar Gaddafi, quien le concedió un premio de "Derechos Humanos" que lleva su nombre, y los paseos que hizo por las calles de Bagdad en compañía del criminal Saddam Hussein en 2000, cuando éste aún era "presidente".


Más recientemente, el mandatario venezolano ha manifestado su apoyo a la "insurgencia" de los grupos terroristas de la región como Hamás o Hizbollah, y estrechó las relaciones con Irán cuando el fundamentalista Mahmoud Ahmadinejad asumió la presidencia de dicha nación.


Pero uno de los hechos en el que se hace más visible ese giro diplomático, en lo que he llamado la constitución de "nuevos ejes geopolíticos", fue la reacción aparentemente exagerada de CHávez ante las maniobras defensivas de Israel contra Hizbollah al sur del Líbano. Aparte de ofrecer asistencia humanitaria a los civiles que habitaban la región (hecho, en principio, nada criticable) tomó medidas de política exterior, al ordenar el retiro del encargado de negocios de Venezuela en Israel, Héctor Quintero. Una acción sin precedentes que, paradójicamente, no tomaron ninguna de las naciones árabes o musulmanas que mantienen relaciones con ese país.


De todo lo anterior se concluye que, sea cual sea el ganador en las elecciones del domingo, uno de los factores que afectará será justamente la relación con el Oriente Medio. Si Chávez resulta reelecto, la división de ejes EEUU-Israel-Occidente vs. Venezuela-Irán-fundamentalismo se hará aún más pronunciada, mientras que si Rosales triunfa, habrá que ver que decisiones toma al respecto, que, muy probablemente, implicarán una separación del eje y una vuelta a la política exterior pre-chavismo.