La brutal profanación de la sinagoga de Mariperez hace ya una semana no es más que el paso siguiente en una sucesión de actos antisemitas que ha protagonizado Venezuela en los últimos tiempos. Y no me refiero únicamente a la posición injustificadamente militante esgrimida por el Presidente Chávez a favor de los terroristas de Hamás en las recientes ofensivas militares de Israel.
Este es el segundo capítulo, el capítulo conclusivo de una historia de hostilidad antiisraelí y antijudía que se inició, al menos, hace dos anos, en un conflicto similar, luego de que el gobierno decidiera retirar al encargado de negocios de Venezuela en Israel, Hector Quintero, como "represalia" por las acciones militares emprendidas contra Hezbolá.

Tambien entonces, como ahora, las paredes de la sinagoga fueron repletas de graffitis repitiendo consignas antisemitas viejas y nuevas, como aquellas que equiparan al Israel con el atroz gobierno nazi y calificaban de genocidas a los dirigentes políticos de aquella nación.
El ataque a la sinagoga, sin embargo, va más allá. Abandona los límites de lo político al involucrar un credo religioso cuyos feligreses, en muchos casos, no tienen relación alguna con el acontecer poítico en Oriente Medio e, incluso, pueden diverger profundamente de las decisiones de los gobernantes de Israel.
Así, la agresión a Tiferet Israel, trasciende el acontecer políticoy sumerge a los venezolanos (al menos a quienes cometen estas atrocidades) en un conflicto de características fundamentalistas y existenciales, similar al que ya existe en Oriente Medio: o ellos o nosotros. De ahí expresiones como "judíos fuera" o "Muerte a Israel" presentes en los graffitis realizados durante el l ataque.
Una dicotomia excluyente que, como se mencionó anteriormente, no era parte de la forma de pensar del venezolano común, por lo que solamente queda atribuirselo a un incendiario discurso presidencial, cuyos seguidores, buscando ser "más papistas que el Papa" deciden aplicar hasta sus últimas consecuencias. Entonces, es responsable o no el gobierno por lo ocurrido en la sinagoga el sábado pasado?
2 comentarios:
Es gracioso el título de este blog: "Historia, no prejuicios". Compañero, usted se ha ubicado, como diría Nietzsche, más allá del bien y el mal. Lo más triste creo que es el hecho de que tu "neutralidad" es muy pretenciosa ante la evidente y marcada parcialización pro-sionista que manifiestas (y recalco, no pro-judía, sino pro-sionista).
Es lamentable ver periodistas haciendo propaganda política de Estado (en este caso del estado de Israel), sobre todo a partir de dos cosas que considero muy graves: 1. La mentira reiterada, tratando de vincular al gobierno venezolano con el antisemitismo, típico de la propaganda imperialista difundida por los oligopolios comunicacionales globales. Te invito a aclarar el término antisemitismo, que muestra una clara tergiversación de tu parte. Demás está decirte que has quedado en ridículo, y no precisamente por el gobierno venezolano, sino por la misma comunidad judía quien reconoció el hecho de la sinagoga como un hecho delictivo y no político, además de considerar el trabajo investigativo de los cuerpos de seguridad del Estado en este caso.
2.El inhumanismo de tu "trabajo periodístico" que pone por delante tus intereses políticos e ideológicos por encima de la vida de seres humanos inocentes.
Te invito a que te sinceres y reconozcas tu labor propagandística, en vez de enarbolar la bandera de la "objetividad". Cualquier persona con tres dedos de frente notaría tu "Historia, con prejuicios".
En pro de esa objetividad periodística, que nunca he enarbolado como Ud. me acusa, no borraré su ofensivo comentario.
Me limitaré a no responder hasta no conocer la identidad de mi interlocutor. La cobardía se esconde tras el anonimato.
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