Najib Mikati es miembro del Parlamento libanés, ex ministro
de Obras

Públicas y Transporte y antiguo Primer Ministro del país, cargo para
el que fue nuevamente nombrado ayer por el presidente del país, Michel Suleiman, luego de la crisis que sufriera el gabinete de su predecesor, Saad Hariri tras el retiro de Hezbolá -partido que hace vida en el Legislativo de ese país- de la coalición gobernante.
Pero Mikati es más que un político y un empresario. Su nueva designación trae nuevamente a colación sus simpatías pro sirias (no en vano su triunfo es visto como un triunfo de Hezbolá, pese a la filiación sunní del nuevo primer ministro) y revive un viejo debate acerca de las implicaciones del sistema político libanés en la estabilidad de ese país.
Concebido como un enclave prooccidental y cristiano en Oriente Medio, el Líbano tiene claramente diferenciadas sus minorías, que definen cada cinco años las proporciones en el Parlamento. Dos son las tendencias más importantes.
Por un lado, está la coalición
"8 de marzo", compuesta por Hezbolá y el movimiento Amal, facciones chiítas favorables a la injerencia de Siria en asuntos libaneses y con cercanas relaciones con el también chií gobierno de Irán. Se llama así en honor a una manifestación que hubo a favor de Hasán Nasrala en esa fecha en 2005.
Su contraparte también tiene

nombre de efeméride. Es la coalición
"14 de marzo", compuesta por partidos nacionalistas y antisirios, además de movimientos cristianos, drusos y algunos sunitas. Es a este grupo al que pertenece tanto Saad Hariri, como su padre, Rafik, cuyo asesinato -presuntamente a manos de Hezbolá- actualmente es seguido por un
Tribunal Especial de Naciones Unidas. Un juicio que, además,
decantó en la crisis de gabinete libanés.Esta correlación de fuerzas del Parlamento libanés, así como el carácter plurirreligioso del país ha ocasionado cierta alternancia de poder entre cristianos maronitas y musulmanes (chiítas, sobre todo) a lo largo del tiempo, pero ha generado, también, la inestabilidad propia de la dificultad de diálogo entre ambas tendencias, tanto desde el punto de vista religioso como del político.
(Continúa...)